Ciudad
3K9 es especial, sus 800 habitantes somos todos hombres, a la mitad
nos gustan los hombres, a la otra, simplemente les gusta vivir en
ella.
3K9
es la ciudad central del único continente del planeta, tiene cinco
zonas verdes y un lago justo en el centro. En una de las zonas
tenemos un cultivo especial de materiales que usamos para hacer la
ropa que luego distribuimos a las otras tres ciudades y a los dos
pueblos que hay.
Yo
soy uno de los modelos que posan para los carteles de las nuevas
colecciones y la verdad es que es muy divertido. Siempre venían dos
chicas para completar los carteles.
Los
niños también solían venir, ya que la única agencia de modelos
que había se encontraba en nuestra ciudad.
Tengo,
desde que supe que quería ser modelo, un apartamento en el mismo
edificio que está la agencia. Es un lugar sencillo, con los muebles
justos, una cocina pequeña, cuarto de baño estándar y una
habitación con cómoda, armario y una cama. Podría decir que todos
los apartamentos son iguales pero yo no suelo nadar en abundancia.
Marlon
también tiene un apartamento en el edificio, eramos vecinos, igual que nuestros
amigos: Wayland, que es profesor de primaria, Keir es escritor y
Sullyvan que es gerente de su propio restaurante.
Los
cinco somos amigos desde que eramos unos niños, nuestros padres aun
siguen siendo amigos.
Desde
que nacieron nuestros antepasados nuestra natalidad ha sido
controlada, todas las familias solo debían tener un hijo o hija. Que
yo recuerde nunca ha pasado nada malo con esta norma, siempre ha sido
respetada por todos.
Desde
mi apartamento se ve gran parte de la ciudad, y bien al horizonte se puede
divisar la copa de los arboles que están cerca del lago. Está en la
ultima planta por lo que tiene unas buenas vistas.
Marlon
es mi pareja a parte de mi compañero de profesión. Antes vivíamos
en la Ciudad 8K7 con nuestros padres, pero cuando los dos descubrimos
nuestra sexualidad vinimos a 3K9 junto con Wayland. A los pocos meses
vinieron Keir y Sully. Creo que a Sully le gustan tanto los hombres
como las mujeres, pero no suele hablar mucho de su vida sexual como
lo hacemos nosotros, la verdad es que respetamos sus gustos.
Aunque
a veces nos gusta especular con cuantas mujeres y hombres se ha
acostado, sobre todo cuando nos aburrimos.
Algunos
días solía llamarme mi madre preguntando cuando le daría algún
nieto. La verdad es que intentaba evitar el tema a toda costa. Nunca
me había puesto a pensar en ello.
Cuando
llamaba siempre le respondía "Mamá amo a Marlon así que deja
de preguntar, nos va bien y no quiero pensar ahora en ello",
ella resoplaba pero lo dejaba estar, ninguno de los dos quería
discutir por algo que podía llevarnos a separarnos del todo.
Me
daba miedo hablar de bebés con Marlon, no sabía como reaccionaría
a ello. Lo que sí sabia era que no quería perderle.
Ese
día lo tenía libre por lo que me quedé en el apartamento haciendo
algo de limpieza. Cuando terminé fui a la ducha y al salir de ésta,
sequé mi cuerpo y llamaron al timbre cuando estaba a punto de
ponerme un short. Me puse bien la prenda y abrí la puerta.
Esta
se deslizó, sonreí al ver al otro lado a Marlon.
– ¿Qué
haces por aquí? – pregunté extrañado, me aparté un poco para
dejarle pasar.
La
puerta se cerró cuando entró.
– Ya
sabes, me aburría y decidí venir a verte – se encogió de
hombros con media sonrisa.
Nos
miramos por un tiempo sin decir nada, nos fuimos acercando al otro a
la vez y nos terminamos por besar.
Sus
manos recorrían mi piel, las mías le iban despojando de la ropa.
Nos separamos lo justo para que terminara de sacarse la ropa.
Nuestros cuerpos cayeron encima de la cama poco después, en un
enredo de manos y besos.
– Te
necesito – susurré entre besos.
Noté
la sonrisa de Marlon sobre mi piel, cómo se movía sobre mí, hasta
que nos fundimos en una sola persona. Nuestros cuerpos se movían al
unísono, al igual que nuestra respiración.
Llegamos
los dos al clímax a la vez, nuestras energías se unieron en una
danza hasta que volvieron a nuestros cuerpos, era un espectáculo
digno de admirar.
Marlon
quedó encima mio mientras intentábamos que nuestras respiraciones
volvían a la normalidad. Acariciaba su cuerpo con una sonrisa en mis
labios.
– ¿En
qué piensas Jason? – preguntó de repente Marlon, mirándome con
curiosidad en los ojos.
– En
nosotros Marlon, en lo bien que me siento estando contigo... –
respondí después de salir de la sorpresa que me dio al preguntar
eso. Pero no añadí lo del bebé. Ni siquiera vivíamos juntos,
tampoco habíamos hablado de ello.
Vi
como sonreía levemente, se acercó hasta mi y nos besamos. Mi cuerpo
tembló en un escalofrío, cuando me besaba de esa manera tan suave
me ponía el vello en punta.
– También
te amo – susurró Marlon al separarnos después del beso.
Acaricié
su rostro antes de que volviera a apoyarse en mi pecho y a dibujar
círculos en él.
Yo
me quedé mirando al techo volviendo a pensar en tener un bebé ahora
era muy precipitado.
Jason
había vuelto a irse a algún lado de su mente, sabía que lo que
dijo era verdad, yo también pensaba en nosotros. Ya había comenzado
a buscar un apartamento más grande para nosotros.
Aún
no me armaba de valor para decirle de irnos a vivir juntos. Teníamos
que hablar más y hacer el amor menos, así no tendría tanto miedo
en lo que pudiera ocurrir.
Me
incorporé y quedé sentado encima de Jason. Los dos nos volvimos a
mirar, a veces creía que no teníamos que hablar para entendernos.
– Estoy
buscando un apartamento más grande. – Jason arrugó el entrecejo.
No dijo nada, me miraba fijamente. – Tal vez sea un poco temprano,
porque hace poco que somos oficialmente pareja, pero me gustaría que
un día viviéramos juntos. –
dije por fin.
Jason
dejó escapar el aliento en un suspiro que me pareció de alivio.
– Me
encantaría vivir contigo, eso es lo que he estado pensando también,
sólo que no me atrevía por eso mismo que has dicho. – se rascó
la frente. – Tenía miedo de que fuera demasiado rápido para lo
poco que llevamos juntos. – sonreí y bajé para volver a besarle,
esta vez más relajados que antes y con la tranquilidad de saber que
él también pensaba en que teníamos que vivir juntos.
– Hay
otra cosa que me ronda por la cabeza – miré extrañado y con
curiosidad a mi chico, esperando a que siguiera con lo que estaba
diciéndome. – Me gustaría que más adelante cuando estemos
instalados en el apartamento nuevo, y llevemos juntos un poco más,
tener contigo un bebé.
Fruncí
el ceño sin dejar de mirarle, tener un bebé significaba tener más
responsabilidades, a la vez parecía que Jason quisiera estar conmigo
para siempre, pero no estaba preparado para ello. Ni ahora y en un
futuro próximo.
– Aún
no estoy listo para tener un bebé Jason, es un compromiso muy
grande, puede pasarnos cualquier cosa... – vi una sombra de
decepción pasar por sus ojos verdes, pero se recuperó y sonrió
acariciando mi costado.
– Lo
comprendo, esperaré cuando estés listo. – Se incorporó una vez
más y nos fundimos en otro beso y nos abrazamos por mucho tiempo.
Los
dos habíamos dicho en voz alta nuestros miedos. Volvimos a hacer el
amor, esta vez con más intensidad que la primera vez, amándonos un
poco más que antes. Tres horas más tarde nos estábamos arreglando
para ir de fiesta con nuestros amigos.
En un lugar de tu corazón - jason y marlon- andariel morrigan -
(c) -
Andariel Morrigan